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Senador Jorge Pizarro, asume como Presidente del Senado |
DISCURSO INSTALACIÓN DE LA PRESIDENCIA DEL SENADO
Presidente del Senado, Jorge Pizarro
Estimados colegas:
Quisiera reiterarles mis agradecimientos por la confianza
que ha depositado la mayoría en mi persona, para conducir el Senado este
especial año para la sociedad chilena.
2013 no es cualquier año.
La sociedad chilena está inquieta y mediante diversas modalidades ha
expresado su preocupación por el tipo de sociedad que estamos viviendo.
Como legisladores, en esta coyuntura histórica debemos
servir a la ciudadanía cultivando el diálogo sobre los cambios y reformas que
Chile necesita y que debemos impulsar como institución legislativa.
Colegas, nuestra ciudadanía mira con escepticismo y
desconfianza lo que realizan las instituciones republicanas y ello no es una buena
noticia para Chile y quienes estamos aquí reunidos.
La desconfianza hacia las instituciones, las desigualdades
entre una minoría pudiente y una mayoría vulnerable y la indefensión de las
personas –en especial la nueva clase media- son males que han aparecido en
nuestra sociedad y que debemos remediar mediante Reformas que sean debatidas
democráticamente aquí entre los representantes de la voluntad popular.
Tenemos un enorme desafío como institución que es empezar a
recuperar la confianza de la ciudadanía.
Es propio de las sociedades modernas, donde se expande la
libertad, la educación y el progreso
material; que se renueve la demanda social por reformas y cambios.
Defender el status quo y refugiarse en los arreglos
institucionales vigentes, para no enfrentar los cambios que pide este nuevo
Chile es no reconocer las transformaciones que están ocurriendo en nuestra
sociedad.
El Chile del 2013 no es el mismo del inicio de la transición
democrática y como Senado debemos acoger y canalizar esta voluntad de cambios y
no frenarla ni bloquearla.
La responsabilidad que tenemos –especialmente este 2013- es
dar pasos relevantes para promover una mejor vida y más oportunidades de
desarrollo para nuestros compatriotas.
Debemos promover diálogos y debates políticos sobre aquellos
temas de futuro que apunten a resolver las desconfianzas y las desigualdades
que se han instalado en el país.
Así demostraremos como Senado, que nuestra real vocación es
servir a la sociedad y en especial a la nueva clase media y a los grupos más
vulnerables.
En Educación no hemos hecho lo suficiente como país.
Sigue existiendo una enorme brecha en la calidad educativa y
a mi juicio, ella no puede depender de la capacidad de pago de cada familia, lo
que sólo hace consolidar las desigualdades sociales y culturales.
Si queremos un futuro más igualitario, debemos nivelar la
cancha educativa mejorando sustantivamente la calidad de la educación inicial y
en los colegios básicos y liceos, especialmente en las comunas populares y de
clase media; hay que salvar y recuperar la calidad de la educación pública y
dialogar si corresponde que siga siendo administrada por los municipios o consensuamos
una modalidad alternativa, que garantice gestión profesional, que sea
descentralizada y que preserve su carácter público.
En Educación Superior debemos avanzar en crear una
institucionalidad reguladora y fiscalizadora de verdad con una real Superintendencia
de Educación Superior y hacer reformas profundas al sistema de acreditación
universitaria y a la Comisión Nacional de Acreditación.
La falta de regulación en la educación superior ha generado
diversos abusos contra los estudiantes y sus familias, que no pueden seguir
repitiéndose; por ello, creo que este vacío de institucionalidad debe
remediarse.
En este tema tenemos
profundas diferencias. No podemos seguir empantanados en ellas y es hora de
entender que se requiere una Superintendencia de verdad, con fuerza para
fiscalizar y sancionar drásticamente a quienes no cumplen la legalidad,
especialmente cuando lucran.
En otro ámbito, en que debemos avanzar haciendo reformas es
en el campo del desarrollo y del crecimiento.
Hay que tener una mirada de largo plazo y asumir que el desarrollo no se
mide sólo por el PIB per cápita ni menos haciendo ajustes estadísticos.
Tampoco se alcanzará sólo desburocratizando el ciclo de
tramitación de los proyectos de inversión ni apostando nuestro futuro, a que se
mantendrá vigente el actual alto precio del cobre.
Debemos debatir, consensuar e implementar un paquete de
reformas económicas tendientes a mejorar
las capacidades de nuestros recursos humanos y por eso invertir en tener
una mejor educación para todos y todas y no sólo una minoría es vital; pero
también se requiere generar más competencia en los mercados bajando barreras de
entrada y legislando a favor de un mayor respeto a los consumidores. En lo laboral hay que fortalecer la
negociación colectiva para fijar las condiciones de trabajo y salariales y con
urgencia se requiere reformar el sistema de capacitación laboral, para que los
y las trabajadores de las Pymes y microempresas puedan acceder a una real
capacitación técnica, que mejore su productividad y su empleabilidad.
Colegas, el desarrollo del futuro no es sólo facilitar la
inversión ni hacer crecer el PIB per cápita; es de verdad expandir el
conocimiento y las tecnologías a toda la sociedad, a las regiones y ello
requiere nuevas políticas públicas más sofisticadas, que apunten a la
sostenibilidad del desarrollo del país y con un financiamiento responsable.
Los países requieren más recursos públicos para financiar
estas nuevas políticas sociales y eso vuelve a colocar en el tapete un tema,
que claramente nos divide, como es la necesidad de tener un sistema tributario,
que apunte a que paguen impuestos los que más tienen y no a eludirlos con
franquicias y exenciones, como ocurre hoy y que ya no tienen justificación.
Otra materia que no podemos eludir de debatir de cara al
país es la situación energética. Somos un país en que queremos armonizar
desarrollo con respeto al medio ambiente y a las comunidades y bajo ese esquema
debemos dialogar sobre una nueva matriz energética.
No podemos enfrentar este crucial debate para el desarrollo
de Chile con propuestas parciales, con soluciones parches o sobre la base de
las urgencias legislativas. Como país y por ende acá en el Senado, debemos
apuntar a construir acuerdos sobre una matriz energética compatible con un
medio ambiente sano y limpio.
Es imperativo abordar las urgentes y necesarias reformas
políticas, para tener más y mejor democracia.
Los países se desarrollan mejorando la calidad de la
política y eso implica abrirla a la participación ciudadana, hacerla más
transparente y cercana a la gente en regiones.
Necesitamos un sistema electoral, que permita la expresión
de las distintas visiones de sociedad que existen hoy en nuestro país y que
deben estar representadas en este Congreso Nacional. Eso implica el término del
sistema binominal.
El actual sistema electoral genera un empate ficticio en las
fuerzas políticas de este Congreso Nacional, ese status quo está deteriorando
la confianza ciudadana en las instituciones republicanas y eso puede ser el
preludio de las tragedias democráticas y pavimenta el camino a los populismos y
mesianismos, que le hacen muy mal a los países.
Este Senado debe construir los acuerdos para las reformas
políticas necesarias, para modernizar nuestro sistema electoral, ampliando su
pluralidad y representatividad.
Continuaremos con lo realizado por quienes han dirigido la
Corporación de abrir el Senado a dialogar con la ciudadanía, con el mundo
académico, de las ciencias y reforzaremos esta noción de que el Senado sea una
institución que pone los temas del futuro y ayuda a sensibilizar y construir
consensos sobre materias trascendentales, como es la desigualdad en el país y
creo que junto con abordar los temas de las inequidades, debemos construir las
bases conceptuales de un nuevo desarrollo democrático, para el futuro que no
descanse sólo en el uso intensivo de los recursos naturales y el capital, sino
en un desarrollo basado en la creatividad y la capacidad de innovación que
tenga el país.
Así creo cumpliremos nuestro deber republicano de estar
continuamente mejorando el desempeño de la labor parlamentaria, tanto en el
trabajo legislativo como en su capacidad de representación de la sociedad
civil.
PALABRAS FINALES.-
Tenemos los desafíos ahí instalados, pero la solución está
en nuestra capacidad de diálogo y de servicio a la comunidad.
Sabemos que para los unos y los otros está Chile primero y
los intereses de la Patria importan más que los propios; por eso, confío en que
podremos avanzar en desatar los nudos de la desconfianza y la desigualdad,
mediante el diálogo político acá en esta Sala y estoy convencido de que eso es
posible.
A mis colegas de la Alianza, les reitero que no tengan dudas
de que procuraré ser garantía de diálogo y cooperación entre las distintas
visiones que convivimos aquí en el Senado.
Finalmente, quiero agradecer a mi bancada, que con
generosidad confió nuevamente en mi persona; a la Concertación que articuló
esta posibilidad y especialmente a mis amigas y amigos de la IV región, porque
juntos seguimos demostrando que en y desde las Regiones, podemos aportar a construir
un Chile mejor. Y por último agradecer a
mi familia, siempre presente, ya que sin su apoyo y sobre todo comprensión, hoy
yo no estaría en este lugar.
Valparaíso, 20 de marzo de 2013.
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